lunes, 23 de mayo de 2011

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Estoy confundida, estas últimas semanas me han dado más de un l¡dolor de cabeza, me he cuestionado muchas cosas y me he arrepentido, cosa no común en mí, de otras tantas, me he preguntado ¿por qué nos resulta tan díficil dejar salir a alguien de nuestras vidas? Quizás alguien diga "qué estúpida pregunta, es obvio que porque queremos, necesitamos o simplemente apreciamos a esa persona y nos hace bien", estoy toalmente de acuerdo, pero ¿qué pasa con aquella persona que nos hizo daño? ¿por qué a esa persona tampoco la dejamos ir fácilmente?

Me hace recordar cuando yo era pequeña, cada vez que hacia algo bueno mis padres y familiares me felicitaban, una buena nota, un buen comportamiento o una simple sonrisa de saludo por educación, pero se olvidaban rápido, en cambio cuando hacia algo malo, como no saludar cuando llegabamos a algún sitio, malas notas o no hacer la tarea, siempre alguien se encargaba de recordármelo, creo que a todos nos ha pasado, a mi me sigue pasando, quizás ya no por una buena nota o por no hacer la tarea, pero pasa.

A medida que vamos creciendo vamos haciendo cosas más complejas, quizás con las personas es lo mismo, aquellas personas que nos hacen bien y que siempre están ahí las valoramos, pero damos por hecho que siempre estarán allí, porque nos hacen bien, nos hacen reír, hacen que seamos mejores con el resto y con nosotros mismos y obviamente no als dejaríamos ir. Pero esa persona que nos causó tanto daño, que nos hizo llorar, por la que sufrimos como nunca ¿por qué no somos capaces de decir: ok, saldrá de mi vida ahora"?

Hace semanas que estaba tratando de sacar a alguien de mi cabeza, y al no tener noticias de él lo había logrado, pero hace un par de días atrás, por una amiga, volvi a tener noticias suyas, no sé qué fue lo que pasó, pero sentí como si mi mundo se viniera abajo, y con ello, aparecieron, nuevamente, las lágrimas, no estoy segura si el dolor que siento ahora es igual o peor que el de antes, pero duele, eso es seguro. Aún así, no creo que eso sea lo malo, lo malo es que no quiero que se vaya, no quiero sacarlo de mi vida, al saber de él me vinieron las estúpidas ganas de querer verlo, de tenerlo cerca, de hablarle, de besarlo... y las lágrimas salen a escena (nuevamente).

Un amigo me dijo que debo cerrar esta etapa, que debo terminar esto, pero ¿cómo terminar algo que no sabes si alguna vez empezó? ¿por qué terminar con algo que no quieres dejar atrás? Tal vez es necesario para no sufrir, o para que tus amig@s no te vean mal, pero ¿quién dijo que no quiero sentir este dolor? El dolor muchas veces me ha enseñado a no cometer los mismos errores con personas distintas o similares y creo que esta es una de esas veces... no dejaré que se vaya de mi vida, aunque tenga que seguir sintiendo esto, así lo he decidido, por lo menos así sé que lo que hubo fue real... quizás no te pueda o no deba tenerte cerca, pero eso no va a impedir que siga sintiendo esto...



El dolor cuando es por dentro es más fuerte... no se alivia con decírselo a la gente
Mizusu~

viernes, 20 de mayo de 2011

Capítulo IV

- Em, tú padre y yo iremos a comprar algunas cosas ¿vas?

- No mamá, me estoy arreglando para salir con mis amigas en un rato, que les vaya bien – contestó, afirmando la puerta con su cuerpo para evitar si es que su madre hiciera algún intento de entrar a su cuarto.

- Está bien, deja todo cerrado cuando salgas, y ve con cuidado – la madre de Emily tenía una dulce voz y comprendía que su hija estaba en la edad de la adolescencia donde se siente independiente, además sabía que si la reprimía, la chica se volvería rebelde, y eso no era bueno – Es una pequeña caprichosa – sonrió al pensar Anne, su madre, pero ella la entendía, o eso trataba, y sobretodo, la quería, siendo la más pequeña de 5 hermanos y la única mujer, era “imposible no quererla” como decía Jhon, el padre de la familia.

Unas horas más tarde, Em, Adeline, Caly, Daphne y Kimmy, se encontraban disfrutando de un capuccino en uno de sus restaurantes favoritos en el Centro Comercial.

- Se los digo en serio, ella no entiende, quiere que Roy me deje, pero tampoco quiere estar con él – hace algunos meses Roy y Adel estaban juntos, pero Denny, una antigua novia de Roy, quería convencerlo de que terminaran, para ella Adel no era una buena chica para su ex novio. Pero Adel no se dejaría engañar, le había costado mucho estar con Roy, como para que alguien se pusiera en medio, lo amaba y daría todo para que nada ni nadie lo alejara de ella.

- No entiendo, ella realmente no se cansa, deberías enfrentarla, decirle que deje a Roy en paz, que ustedes están felices juntos, y que busque alguien más a quien molestar – dijo Caly, la muchacha llevaba una relación con Evan, un joven de otra universidad a quien había conocido durante su receso de invierno, estaba feliz, pero veremos que no todo era como se veía.

- Estoy de acuerdo contigo – comentó Kimmy, mirando a Caly – creo que para que ella entienda, o hablas tú, o habla Roy – ¿Tú qué crees Em? – Kimmy, hace meses había dejado de creer en el amor, sus continuas desilusiones en este ámbito la habían llevado a dejar de lado sus sentimientos y centrar su atención en los estudios, como la mayor de tres hermanos “debía dar el ejemplo” y se auto exigía hasta quedar agotada, pero no le importaba eso: valía la pena devolver el sacrificio que sus padres hacían por enviarla a la universidad.

“Quizás no le guste el calipso, pero es uno de mis colores favoritos, además ese vestido es hermoso, solo espero verlo el sábado, me encantaría agradecerle por ayudarme para el examen, aunque no entendí nada – sonrió la niña – pero no importa, lo importante es la intención…”

- ¿Em? – repitió Kimmy, pero la chica estaba demasiado distraída pensando en el día que vería a Austin – Em! – gritó Adel, sacando a la joven de sus fantasías.

- Ah! ¿Qué?... lo siento, si creo lo mismo que Caly – dijo mientras tomaba un poco de café, solo para hacer creer a sus amigas que les había tomado atención.

- Ni siquiera sabes lo que he dicho – reclamó Caly - ¿te sucedió algo? – preguntó a su amiga.

- Si, desde que llegamos estás distraída, te limitas a responder “si”, “no”, “puede ser”, “tienen razón” ¿qué pasa? – preguntó preocupada Kimmy.

- ¿Pasó algo que no nos quieras contar? Quizás conociste a alguien, o es que ¿aún estás pensando en Will?

domingo, 1 de mayo de 2011

Reemplazar?

Ella: ¿Acaso eres estúpido?

Corazón: pero ¿por qué me dices eso niña?

Ella: porque no entiendes ¿aún no te das cuenta que debes olvidar?

Corazón: ¿olvidar? ¿a qué te refieres? (confundido)

Ella: sabes a lo que me refiero, debes olvidarlo, de una buena vez debes olvidarte de él, ¿no entiendes que esto duele?

Corazón: así es que se trata de eso, entiendo que duele, yo soy el que peor la pasa con todo esto, a veces está, otras veces alguien más aparece, pero al no llegar a ese lugar y reemplazarlo a él, desaparece… no entiendo por favor explícame esto.

Razón: yo te lo explicaré.

Ella: no, tú cállate, no tienes derecho a hablar, no lo tienes.

Razón: permíteme, pero tú, mejor que nadie, sabe que puedo explicar lo que mi compañero pregunta.

Ella: …

Razón: escúchame amigo, esta niña piensa que con otra persona puede borrar sus recuerdos, pero cada vez que aparece algún joven, ella, al sentir que se está “encariñando más de la cuenta”, decide terminar el contacto con el joven en cuestión, es por eso que ellos desaparecen igual de rápido como aparecen.

Corazón: comienzo a entender, pero ¿por qué? ¿por qué haces eso niña, no se supone que quieres olvidar?

Razón: sí, así es, quiere olvidar, pero…

Ella: miedo, esa es la respuesta.

Corazón: ¿miedo? Pero ¿a qué?

Ella: a enamorarme, no quiero sentir por nadie lo que sentí por él, no quiero que me hagan daño nuevamente, esa sensación de dolor en el pecho, no quiero eso.

Corazón: entiendo ese dolor, como si algo te desgarraran, lo sentí por años, a causa de él…

Razón: no seas mentirosa niña, tú no le tienes miedo al amor, y tú querido amigo, ese dolor no era por culpa de él, era sólo culpa de esta muchacha que tienes en frente.

Corazón: cómo, ahora si no entiendo, si no es miedo al amor, entonces ¿miedo a qué?

Razón: a equivocarse, ese es tú miedo. Debes dejar de finfir que te interesan otras personas, que quieres estar con otras personas, sabes que eso no es cierto... lo sabes.

Ella: (llorando) no quiero, no quiero querer a alguien que no va a valorar lo que siento, quizás estás en lo correcto y es miedo a equivocarme, pero es miedo, no importa a qué… sigue siendo miedo.

Corazón: pero niña, debes tener en cuenta que no todos son iguales, nadie te puede asegurar que quien entré a tú vida será igual que él.

Ella: pero tampoco nadie me asegura que será diferente, nadie puede asegurarme que seré feliz, que seré correspondida, o que

Razón: pero tampoco puedes saberlo si no te arriesgas, soy consciente de que debería decirte todo lo contrario, pero al igual que el Corazón, la estoy pasando mal con todo esto, me confundes con tus pensamientos.

Corazón: y a mí con tus sentimientos.

Razón: ¿lo ves? O te arriesgas o los tres seguiremos así.

Ella: no, no lo haré, y ustedes dos debiesen volver al lugar donde estaban, y no salgan de allí, no lo hagan (se marcha).

Corazón: creo que seguiremos así un buen tiempo.

Razón: (con resignación) creo que sí.

Ambos se marchan camino a una oscura celda.


Mentiría si dijera que sin ti la vida sigue igual~

(realidades de octubre, 2010...)