- Tonta, tú me quieres, yo te quiero, eso no va a pasar - me dijiste demasiado confiado y con sonrisas.
- Si tú lo dices - seguimos hablando cosas sin sentido, hasta que colgué el teléfono.
Cómo me hubiese gustado decirte que me estás perdiendo, que si sigues distante conmigo, pensando que ya has hecho todo el trabajo de conquista, me vas a perder: mientras tú me ignoras, él me enamora, es cierto, pero no te has dado cuenta, hace mucho que no me dices cosas como te extraño, quiero estar contigo, en unos días más te veré, entre otras, hace mucho que no escucho de tus labios un verdadero te quiero.
Pero sabes ¿qué es lo peor? En realidad no lo sabes, porque si lo supieras cambiarías esa actitud conmigo, lo peor es que él está haciendo todo lo que a mi me gustaría que tú hicieras, me llama por teléfono todos los días, me dice que me extraña, me dice que soy especial y diferente al resto de chicas que ha conocido, no te imaginas cuántas veces he deseado que fuese tú quien me dice eso.
El que me diga todas esas cosas y que me guste escucharlo y hablar con él, no quiere decir que lo que siento por ti haya cambiado, en lo absoluto, pero si me mantienes alejada por ese muro que sueles poner a tu alrededor, empezaré a aceptar sus palabras. quiero que te des cuenta que a pesar de quererte como te quiero, todo tiene un límite y si me sigues ignorando, él me seguirá conquistando - y dentro de unos meses quizás logré su objetivo - no quiero perderte, no quiero que te des cuenta tarde de lo que está pasando.
Quien mucho se ausenta, pronto deja de hacer falta