Es difícil dormir así, pensé que el silencio de la noche me ayudaría, pero simplemente empeoró las cosas, en mi habitación las pegatinas fluorescentes iluminan cada uno de mis recuerdos, los perros aúllan, puedo sentir esa tristeza en cada uno, la soledad es similar en mí, los grillos cantan y los gatos sobre los tejados de las casas me acompañan.
Volteo a un lado y al otro en mi cama, me pongo de costado y al cerrar mis ojos te recuerdo, tu sonrisa estaba allí cada día por la mañana, tus manos acariciando mi cabello, aún puedo sentirlas, ese dulce beso en la mejilla, me avergonzaba besar tus labios por la mañana, tus manos acariciando mi brazo, mi rostro, me sentía hermosa, solo con el roce de la yema de tus dedos lograbas erizar mi piel.
Abro mis ojos y de un golpe estoy sentada en la cama, enciendo la pequeña lámpara de mi velador, no quiero dormir, no quiero soñar, no quiero recordar, no quiero sentirte. Tomo mi teléfono, 4.06 de la mañana, me cubro el rostro con las manos y llevo mis rodillas lo más cerca de mi pecho, las lágrimas me quieren visitar, desean juagr sobre mis mejillas, aunque mis ojos no quieren dejarlas salir éstas son más fuertes y logran escapar, hace días las tenía apresadas, no quería que salieran, no quería sentirme débil.
Miro hacia mi costado, el calendario me recuerda el tiempo que llevas lejos, ver fechas marcadas en cada mes, creo que es una broma de mal gusto, una broma, que hace unos meses atrás, yo misma planeé, una broma pesada con la cual es imposible reír. Las horas pasan pero, nuevamente, Morfeo no quiere visitarme a esta hora, si tan solo viniera como antes, sólo un día sería suficiente para poder olvidar, pero es ingrato y olvidadizo.
Las lágrimas se detienen, se dan cuenta que ya es hora de ir a descansar, apago la pequeña lámpara, la luz del amanecer ya comienza a entrar por mi ventana, escucho uno o dos gallos cantar, no quiero ver la hora, cada vez que lo hago es peor, me paro junto a la ventana, el amanecer es hermoso, nostálgico… pero hermoso, vuelvo a la cama, me oculto debajo de las sábanas – te quiero – susurro, y comienzo a cerrar mis ojos, sólo así puedo dormir, cuando, al fin, Morfeo me recuerda y me abraza.
Debe haber un modo de seguir...
Liiz~